miércoles, 10 de junio de 2009

De nuevo, a remar contracorriente

Ingresos de pequeños comerciantes cayeron hasta 75% debido a la epidemia de influenza

Francisco Padilla

Ocotlán Jalisco. Una vez los que menos tienen son a los que les tocó pagar los platos rotos, y es que si bien es cierto que la alerta sanitaria afectó a gran parte del sector empresarial, los grandes consorcios no resultaron tan perjudicados ya que la mayoría de éstos cuentan con fondos emergentes y otros dependen de temporadas, las cuales no coincidieron con la crisis epidemiológica sucedida unos días atrás.

No así los pequeños comerciantes (fondas y restaurantes principalmente) quienes prácticamente viven al día y debido a las medidas implementadas por el Gobierno Federal se vieron en la necesidad de disminuir sus actividades y en algunos casos cerrar de manera temporal sus comercios.

Los más afectados fueron los llamados giros negros (bares, antros y centros nocturnos) los que aseguran que sus ingresos disminuyeron hasta en un 75% debido a que las autoridades sanitarias prohibieron la operación de éstos argumentando que se consideraban puntos de alto riesgo para la propagación del virus de la influenza.

Todo lo anterior aunado al temor de la gente por contagiarse afectó de manera significativa a al comercio informal, que depende en gran medida de la afluencia de las personas, misma que fue muy poca o prácticamente nula debido a las precauciones tomadas por algunas congregaciones religiosas de celebrar de manera restringida cualquier culto o ceremonia.

El gobierno municipal declaró que los comercios más afectados serán beneficiados con préstamos extraordinarios que les ayudarán a liquidar los adeudos que hayan contraído debido al paro de labores además de que se continuará con el programa de empleos temporales para las personas que perdieron su trabajo debido a la crisis económica por la que está atravesando nuestro país.

Pero esta vez si será difícil enfrentar la crisis económica pues la influenza fue un ingrediente extra que vino a acedar el caldo cuando ya se estaba echando a perder.

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