Alfonso Vara Miguel
Resumen
La información económica cada vez está más presente en los medios de comunicación social debido a la demanda y preocupaciones de los ciudadanos por los asuntos económicos, financieros y empresariales. La propia naturaleza abstracta, compleja y relacional de la Economía se extiende a los contenidos informativos y los profesionales de la información han desarrollado diferentes estrategias y técnicas informativas para mejorar los contenidos, captar nuevas audiencias, reforzar la fidelidad de las existentes y crecer en credibilidad.
Palabras clave: periodismo especializado, periodismo económico, economía, formación de periodistas.
1. Los retos de la información económica
Los últimos años del siglo XX se caracterizaron por la bonanza económica en la mayoría de los países occidentales, la expansión del comercio internacional –vinculado a un proceso de globalización cuestionado–, la revolución tecnológica, y la consolidación del denominado “capitalismo popular”, caracterizado por la participación de millones de familias en los mercados bursátiles. Y ahí estuvo la prensa económica para contarlo, pasando a ser una de las áreas de información prioritarias para la mayoría de los medios de comunicación. La necesidad de información específica provocó que durante esos años los ciudadanos incrementaran su demanda de contenidos económicos, financieros y empresariales y obligó a los medios a ofrecer productos informativos de mayor calidad. Todos los diarios de información general de calidad reforzaron en extensión y personal su sección de economía, se abrieron nuevos espacios económicos en la radio y en la televisión, se elaboraron nuevos suplementos salmones para insertar en las ediciones dominicales, y se crearon nuevos canales de información económica en internet. Como algunos autores han afirmado, los años noventa supusieron la culminación del boom de la información económica iniciado en los ochenta y concretado en el surgir de las grandes marcas globales, el fortalecimiento de las principales publicaciones y la aparición de canales audiovisuales y electrónicos específicos de información económica1.
Con la llegada del año 2000 se abre un periodo de incertidumbre económica y financiera que tuvo su plasmación en el estallido de la “burbuja tecnológica”. De la euforia y fascinación por las empresas puntocom se pasaba a una etapa de pobres expectativas sobre la Nueva Economía, en exceso valorada, y las consiguientes pérdidas económicas de millones de ciudadanos inversores. Además, comenzaron a ver la luz algunos de los mayores escándalos empresariales del siglo –Enron, WorldCom– que generaron un clima de desconfianza del público hacia todos los actores implicados: empresas, directivos, consultoras, intermediarios bursátiles y, por supuesto, los medios de comunicación. Se abrió así una etapa de crisis en el modelo de información económica desarrollado en los noventa y caracterizado por una excesiva ligazón con la marcha de las bolsas y una sobredependencia informativa de fuentes interesadas. Evidentemente la popularización de este sector ha resultado dañada pero no es sensato pensar que no quedará nada de la época dorada de la prensa económica. Como afirma Arrese, todos estos escándalos demandan una urgente revisión de los principios y prácticas que guían el periodismo económico del momento:
“La recuperación de la vocación de los medios informativos como ‘perros guardianes’ –en este caso de los negocios–, la búsqueda de soluciones para los graves desequilibrios –económicos, formativos, sociales, etc.– existentes entre los informadores y sus fuentes, o la necesidad de sacar a la luz asuntos económicos de interés público – no sólo de interés empresarial – están entre las tareas pendientes”.2
Los profesionales que trabajan en este sector bien saben que se juegan su futuro –en forma de difusión y credibilidad –en la redefinición de un nuevo modelo de información económica, y las iniciativas que se han adoptado en los diversos medios y soportes así lo confirman. Basta con recoger aquí las palabras de subdirector del diario Expansión a raíz de la presentación de sus recientes mejoras editoriales: “Los lectores sí tienen derecho a exigir una información rigurosa, veraz y lo más completa posible; una información que desglose la realidad y facilite el criterio propio. En la nueva etapa [...] sus profesionales intentarán hacer llegar a los lectores una visión analítica de la vida económica, política y social española. [...] Esta es la gran responsabilidad de nuestra profesión pero, al mismo tiempo, el gran derecho de los lectores”3. Prueba de esa preocupación por abrir el diario al interés de los ciudadanos y no al exclusivo de los inversores o emprendedores, el diario declara en su editorial que “además de la información y el análisis político, se ofrece también a los lectores nuevos contenidos de interés social. La ciencia, la cultura, la sanidad, la educación, la demografía, la salud, el arte, y cualquier tema de interés general estarán también a su disposición”4.
Qué duda cabe que todo momento de crisis pasa por analizar la naturaleza del objeto que la padece, describiendo sus peculiaridades y características más específicas. En el caso de la información económica, son numerosos los trabajos académicos y profesionales que han tipificado y descrito los rasgos propios de este tipo de información, tanto aquellos más generales como los específicos de cada medio5. Por lo tanto, no se pretende realizar a continuación una descripción exhaustiva y pormenorizada de cada uno de ellos, sino tan sólo señalar aquellos más importantes como base para el posterior análisis del sector. Descargar artículo completo en PDF
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