El periodismo económico en México se expande entre las crisis macro y los tropiezos del bolsillo; Expansión, la primera revista especializada, apareció hace justo 40 años, el 29 de enero de 1969.
Por: Macario Schettino
Se sirve un café. Piensa, "vamos a ver cómo amaneció la crisis financiera" y acto seguido enciende la radio, la televisión, ingresa a su sitio favorito o toma una revista. La información económica abunda, pero hace más de 40 años ni siquiera tenía una página fija en los periódicos.
La economía no interesaba al mexicano hasta que dejó de ser predecible.
Durante la posguerra, México vivió un largo periodo de estabilidad económica: los dorados 50 en su medianía. Según los gobiernos de entonces, se trataba de una bonanza equiparable a un milagro; según los datos económicos duros, fue un crecimiento regular, pero sin duda estable y duradero.
Hacia fines de los años 60, la estabilidad empieza a desmoronarse, impulsando el interés colectivo sobre el comportamiento de la economía. Justo por esa época, los periódicos de circulación nacional más importantes de entonces (El Universal, Excélsior, Novedades) empezaron a incluir páginas de información económica acompañadas de breves análisis, que poco después se convertirán en las secciones especializadas que hoy conocemos.
Expansión es la primera revista especializada en México en periodismo económico. Apareció en 1969.
En los años 70, marcados por el fin de Bretton Woods -las resoluciones de la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, en la que se establecieron las reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países más industrializados del mundo-, el alza en los petroprecios y el periodo de ‘estanflación', la información de economía en medios masivos comenzó a ser moneda corriente.
JOLOPO LO APADRINÓ
Para fines del sexenio de José López Portillo, en medio de la debacle producida por no saber ‘administrar la abundancia', aparece en 1981 el periódico El Financiero, el primer diario dedicado de lleno al tema económico.
Esta etapa es, precisamente, en la que la economía mexicana se hunde. En 1966, el esquema de crecimiento basado en el agotamiento de recursos había llegado a su fin, e inicia una fase de crecimiento sostenido con endeudamiento.
El mal camino inicia en el segundo periodo de Antonio Ortiz Mena en la Secretaría de Hacienda. Son 15 años de malas decisiones, que culminan con el gran desastre de 1982: una devaluación que llevó al dólar de 25 a 150 pesos, control de cambios absoluto, fronteras herméticas, deuda externa equivalente a 40% del PIB, y, para despedirse, la nacionalización de la banca.
Los medios reportaban entonces ‘la nota del día', pero resultaba difícil hacer experimentos con la información ante tal páramo económico... hasta que la estructura dio un giro. Por poner fechas, el crack de octubre de 1987 cierra los peores años de la historia reciente del país iniciados con el hundimiento de septiembre de 1982. Después de la caída de la Bolsa, viene el Pacto de Solidaridad Económica y a continuación la aplicación del Consenso de Washington, versión mexicana, que hará popular a Carlos Salinas de Gortari durante unos años. Hasta la nueva crisis.
EXPANSIVOS 80
Esta nueva etapa también está marcada por cambios en el periodismo económico. En 1988 aparece El Economista; a fines de 1993, el periódico Reforma, que marcará un cambio en el periodismo económico, construyendo una sección especializada, más profesional y completa que la que tenía cualquier otro periódico tradicional. Entre estas dos fechas, aparecen las agencias nacionales especializadas: Infosel y Finsat.
La crisis de 1995 exige a los medios respuestas ante una situación que no es tan grave como la de 1982, pero que tiene un mayor impacto sobre las familias. Pero poco puede ofrecer un periodismo económico que se había concentrado más en el desempeño empresarial que en la explicación de los fenómenos económicos para todo público.
En los siguientes años, la materia llegó a los medios electrónicos. Tal vez en la radio haya sido José Gutiérrez Vivó el pionero en el análisis económico (como lo fue en otras cosas): la ‘mesa económica' de Monitor fue, por mucho tiempo, el espacio más popular dedicado al análisis en la radio. La apertura política, que en los medios impresos ya llevaba buen trecho avanzado, en la radio no llega sino hasta inicios de los 90.
La crisis de 1995 le da un nuevo impulso a este tipo de espacios, que se convertirán en programas especializados, con amplia cobertura y de programación diaria. Con mayor dificultad, empezarán a abrirse espacios en televisión ya en el siglo XXI.
En resumen, el periodismo económico en México puede analizarse siguiendo el comportamiento de su tema de estudio. El fin de los tiempos estables, a mediados de los 60, marca su origen, justamente a través de esta revista. Inicia entonces un periodo de infancia, en el que los periódicos van incluyendo, con cierta timidez, páginas de análisis que se convertirán paulatinamente en secciones especializadas, hasta llegar a un periódico dedicado de lleno al tema: El Financiero.
La segunda etapa de crecimiento del periodismo económico inició con la nueva orientación de la economía mexicana, y la aparición de El Economista, en 1988, terminó con la aparición de Reforma, en 1993, y su propuesta de sección, más profesional que las que entonces existían.
La tercera etapa mostró sus más grandes avances en los medios electrónicos, que desde la crisis de 1995 han poblado la radio y que, recientemente, se reflejan en televisión con emisiones como Alebrijes y Dinero y poder.
LOS PERIODISTAS
Hay que dedicar párrafos especiales al contenido de esas publicaciones, secciones especializadas y emisiones de radio y televisión. Contenido que, en buena medida, depende de las personas que se dedican a darle vida al periodismo económico.
Durante la primera etapa, las firmas aún no ganan vida propia. Lo relevante es la publicación, y no la persona. No es de extrañar, dada la ignorancia del público sobre los fenómenos económicos y la férrea censura que aún se aplicaba en medios impresos.
Esto cambia durante los 80, un poco siguiendo lo que está ocurriendo con los medios en general. El enfrentamiento entre la sociedad y el régimen individualiza a los periodistas y analistas, los hace personajes públicos.
Pero el momento de gran crecimiento de las firmas es la segunda etapa de crecimiento. Muchos crecen en El Financiero de los primeros años 90 que será una de las grandes minas donde Reforma encontrará sus joyas. La estrategia de posicionamiento de este periódico, basada precisamente en las personalidades que encontraron cobijo ahí, convertirá en celebridades a muchos analistas, económicos y políticos, hasta entonces poco conocidos.
Pero la popularidad no es sinónimo de calidad, tampoco en periodismo. Al igual que ocurre con el periodismo especializado en política, hay un énfasis desproporcionado en la superficie.
Muy explicable en el caso de la política, porque eso era precisamente lo que podía reportearse en los años del régimen autoritario: los guiños, las señales, los indicios que daban los políticos, lo demás estaba vedado. El periodismo económico en México hereda más de su hermano el periodismo político que de su lejano pariente el periodismo económico inglés, cuyo máximo representante, The Economist, mantiene una perspectiva diferente, con mucha mayor profundidad y análisis.
¿NUEVO PERIODISMO?
El hundimiento de los sistemas financieros estadounidense y europeo trajo un renovado interés de los mexicanos por la economía. La gravedad y complejidad del fenómeno desnudó muchas carencias del periodismo económico.
Acostumbrados a informar al público de los avatares de los consejos de administración más que las decisiones financieras, los periodistas especializados se han quedado sin palabras frente a una crisis que a los mismos financieros se les complica.
Desde el 15 de septiembre de 2008, los medios han confundido, equivocado y alarmado al público en general. Lo que no han podido hacer es explicar.
De las decenas de periodistas especializados en economía, una mayoría aplastante carece de las herramientas analíticas y los conocimientos necesarios. Lo que no es muy grave cuando no pasa nada, pero resulta fundamental cuando hay una crisis como la actual. En descargo, también conviene aclarar que muy pocos, entre quienes tienen los conocimientos, son capaces de explicar con la claridad necesaria para un medio de comunicación.
Combinar adecuadamente el análisis de fondo con la claridad de comunicación es difícil. Las publicaciones de habla inglesa mencionadas no se encuentran entre lo más fácil de leer. Pero hay esperanza, sin duda.
El Premio Nobel de Economía 2008 fue otorgado a alguien que tiene precisamente esa doble capacidad, en ambos casos superlativa. Tan serio es su análisis como clara su exposición. Paul Krugman, columnista de The New York Times, que en México se reproduce en El Universal, es sin duda el ejemplo a seguir para el nuevo periodismo económico, el que resultará de esta nueva etapa.
El autor se dedica al análisis de la realidad, en particular la de México, desde una perspectiva multidisciplinaria: social, política y económica.
Fuente: CNNExpansión, Miércoles, 28 de Enero de 2009. Ver original aquí
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