Por Ariel Sternschein
Los primeros escritos que se conservan como testimonio de información económica son las cartas que el ciudadano romano M. Celius Rufus enviaba a Cicerón, siendo éste Cónsul del Imperio en Cilicia (región sita en la península de Anatolia, al este de la actual Turquía). En aquellas crónicas, rescatadas de la correspondencia de Cicerón, hay numerosas referencias a los negocios que, por entonces, se celebraban en Roma.
Hay tres hechos de suma relevancia en los orígenes del periodismo económico, que se producen a partir de la creación de la imprenta; las hojas de precios y papeles sueltos, que se escribían en ciudades europeas con puertos, los datos de los mercados de Londres y Ámsterdam y las primeras publicaciones en las que se expresaban ideas de determinadas corrientes de pensamiento económico.
Durante los siglos XVI y XVII, en virtud del crecimiento del comercio en el área mediterránea de Europa y la necesidad de información de una incipiente burguesía, aparecen en la península italiana los avissi, hojas informativas sueltas sobre precios y mercancías, de gran utilidad, especialmente para los comerciantes venecianos. Simultáneamente, en las ciudades portuarias de Inglaterra surgen los price currents (precios corrientes), que contenían precios de mercancías y horarios de salida y arribo de barcos. A principios del siglo XVI, después de derrotar a la Armada Invencible Española, Gran Bretaña se convirtió en potencia marítima.
Iniciado el siglo XVIII, se verifica la incorporación de información financiera en la prensa de interés general. Un diario holandés, el “Amsterdamsche Courant” fue el primero que empezó a publicar un párrafo de noticias financiera en todos sus números, desde 1723. Ángel Arrese, historiador español del periodismo económico, sostiene que en Ámsterdam, como anteriormente sucedió con las plazas italianas y ocurriría después con las anglosajonas, uno de los pilares básicos del buen funcionamiento del mercado fue su sistema de recopilación, tratamiento y difusión de la información.
En el Reino Unido, hacia la misma época, la Corona suprimió ciertas restricciones que pesaban para la edición de periódicos y, en consecuencia, las hojas de precios se ampliaron ofreciendo información comercial y financiera. Se fundaron, además, los primeros diarios especializados como “The Mercator” y “The British Merchant”.
En el análisis de la política económica y la difusión de ideas, el “Tableau Economique”, órgano de la Escuela Fisiócrata, bajo la dirección de François Quesnay, ocupa un lugar preponderante en los albores de la historia de esta rama del periodismo. Quesnay –médico de la Corte en la Francia prerrevolucionaria- marcó las diferencias entre el Norte y el Sur de Francia, desarrolló el concepto de excedente y estudió la relación entre propiedad, seguridad y libertad. Los fisiócratas consideraban que el ciclo económico se iniciaba con los trabajadores, que producían riqueza primaria, continuaba con los artesanos y comerciantes que la incrementaban y, finalmente, los nobles y ricos consumían la mayor parte. El periódico finalmente desapareció en un contexto de enfrentamiento con la aristocracia, sin embargo casi ningún pensador clásico de la economía dejó de analizar el concepto de excedente.
En la Argentina, probablemente haya sido Manuel Belgrano el mayor precursor del periodismo económico, aunque esta sea su faceta menos conocida. Su interés por la economía lo motivó a traducir del francés un tratado de principios de la ciencia económica y política, cuya autoría se atribuye a Du Pont de Nemours, discípulo de Quesnay y representante de la corriente fisiócrata. Esa traducción, que data de 1796, tiempo en que Belgrano se desempeñaba como primer secretario del Consulado, es la primera obra de teoría económica publicada en nuestro país.
El creador de la bandera se empleó como redactor en “El Telégrafo Mercantil”, diario creado en 1801 por Cabello Mesa y clausurado un año más tarde por el Virrey del Pino. Algunos años después, fundó “El Correo de Comercio”, que dirigió por un tiempo breve, a raíz de sus compromisos con el Ejército Patriota. En sus artículos, el prócer subrayó la importancia de la estadística, para tener un conocimiento preciso de la riqueza del Estado que facilitara una ejecución criteriosa de la política económica y también de la agricultura, la industria y el comercio como ejes centrales de la economía.
Entre historiadores del periodismo económico hay consenso en que la aparición del semanario británico “The Economist” -modelo paradigmático del periodismo económico hasta nuestros días- fundado en 1843 por Sir James Wilson, quien antes había sido Secretario del Tesoro Real Británico, junto con un grupo de partidarios del libre comercio, marca el final de la primera etapa de esta disciplina y el punto de partida de un proceso expansivo del periodismo de economía, negocios y finanzas.
(*) Alumno de la carrera de posgrado en periodismo económico de la Universidad de Buenos Aires
Fuente: http://www.notibancos.com/notas/nota.asp?titulo=origenes+del+periodismo+economico¬a=700
jueves, 17 de septiembre de 2009
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