Por Gladys Trujillo (*)
En definitiva, una pregunta que necesita demasiado tiempo de meditación pero mucho más de preparación; es ahí donde me saltan dos dudas a la vista: ¿qué tan dispuestos estamos a aprender?, mejor aún, ¿qué tan preparados están quienes pretenden enseñarnos?
Las preguntas son lanzadas al aire sin el afán de demeritar a nadie pero en realidad es necesario saber qué tan bien planeadas están las asignaturas que fusionan el periodismo con la economía, dado que muchos de los que estudiamos este rubro estamos con la expectativa baja por el simple hecho de desconocer un campo casi inexplorado y muy exigente que a veces es más periodístico que económico y otras tantas más económico que periodístico.
Ambos rubros (periodístico y económico) por separado son bellísimos, pero al mezclarlos resulta confuso porque son dos idiomas difíciles de comprender: para el economista es duro entender la volatilidad del periodismo y para el periodista la cuadratura de los números le resulta muy cerrada, aunque a mi parecer es más sencillo que un periodista aprenda economía a que un economista aprenda periodismo, pues el periodismo económico es un campo más dentro de la formación periodística, en cambio para el economista es una rama totalmente diferente (el periodismo).
Centrados en las aulas como es obvio, hay que combinar ambas, ya que en base a lo aprendido con el paso de la carrera lo único que necesitamos es un guía que nos marque el paso; cómo hacer que la economía encaje en el periodismo, por separado es muy difícil porque, como me pasó hace algún tiempo, un profesor graduado en economía me inundó de conocimientos: oferta, demanda, dumping, bolsa de valores… y al final del curso, evaluando lo que aprendí me pregunté: ¿qué hago con esto?
Obviamente mi maestra de redacción no me iba a saber responder porque ese no era su campo.
Como probable propuesta de mi parte para hacer funcionar a los futuros periodistas económicos escribo lo siguiente:
-Clases de economía PRÁCTICAS. (El pasado es buena referencia pero hacer uso de un millón de diapositivas explicando un modelo económico que ya no está activo es una mentada, ¡Perdón!, una ofensa).
-Debatir y estar, en la medida de lo posible, al día con los movimientos financieros ya que son la médula de las clases y casi casi de esta sociedad que se mueve hacia donde se mueve el dinero.
-Escribir mucho y compararlo con otros textos entre compañeros con el simple propósito de evitar los probables errores de los que nunca estamos exentos, pues si sabemos qué NO hacer, será más sencillo dar con lo que sí podemos escribir.
-Que los profesores, de preferencia, tengan experiencia en el campo, no se vale que un día llegue un maestro a decir: “No sé nada pero juntos aprendemos”, así ¿cómo vamos a saber si lo que estamos aprendiendo está bien?
Esto es lo único que se me ocurriría pedir dando por hecho que en todas las escuelas dedicadas a las comunicaciones hay clases de periodismo económico, aunque si en mi escuela no existiera, lo más seguro es que no habría reparado en su ausencia por la razón mencionada muchas líneas atrás, muy pocos tienen idea de lo que es y pocos son los que se dedican a enseñar, bien o mal ya depende del criterio del aprendiz, de qué tan práctico le resulte lo aprendido.
Recuerden: el periodista es el único ser en esta tierra (el buen periodista) que pasa de ser un ignorante total a un experto en materia, pero sólo con la pregunta adecuada, tanto en la práctica como en el aula, y dejo algunas cuestiones:
-¿Qué tanto preguntamos?
-¿Qué tan bien formulamos nuestras preguntas?
-¿Obtenemos la información que queremos?
Si la respuesta a la última pregunta es NO, siga preguntando.
(*) Estudiante de la Licenciatura en Periodismo, Centro Universitario de la Ciénega, Universidad de Guadalajara.
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