Por: Lucia Castillo Sánchez
La Universidad de Buenos Aires, en Argentina, ofrece una Especialidad en Periodismo Económico que promete a quien ingrese “adquirir una base sólida en materia de teoría económica y de política económica aplicada a las circunstancias y desafíos que se presentan a la economía argentina”. Una vez que el estudiante egresa de la especialidad, ¿podrá hacer frente al empresario que se niega a dar información que le incomoda, para que sea publicada? ¿Logrará redactar una noticia con un lenguaje entendible para quien lo lee? ¿Sabrá qué hacer ante los dilemas éticos que en el ejercicio de la profesión surgirán?
La lectura de textos académicos o el conocimiento de los indicadores macroeconómicos son sin duda algunas de las esencias en la formación del periodista económico, sin embargo, esos y más temas no son garantía para obtener la respuesta a las cuestiones antes planteadas y a otras preguntas más que el deambular diario irá formulando: “Son pocos los profesores que se toman el trabajo de tratar de hacer pensar a sus alumnos. En las aulas se discute mucho sobre el rol del periodismo, pero los egresados no son capaces de comprender la información a la que acceden una vez que ingresan a los medios”, escribe Wendy Marton, periodista paraguaya especializada en economía.
Y es que, tanto profesores como alumnos, se topan con diversas barreras. Por un lado el docente que no está calificado para impartir la o las materias que formarán al periodista económico, y por otra parte, el estudiante que aún no tiene solucionado el problema de escritura, que pretende aprender ortografía, y que con suerte, su mayor visión al egresar, será no incurrir en un error de redacción: “El problema principal es que las facultades se quedaron en el tiempo. La preparación pasa por enseñarles redacción (increíblemente las clases son casi iguales a las del colegio, porque casi todos arrastran problemas de ortografía y concordancia)”, considera Marton.
El problema gramatical tiene un contexto amplio y que puede prestarse a debate sobre la falla del sistema en educación básica, pero, suponiendo que la ortografía del aspirante a periodismo está controlada, entonces la dimensión de especializar al periodista en economía, recae en la teoría combinada con práctica que el profesor exija al estudiante, que el estudiante se responsabilice de cuanta carga profesional ha de llevar, y que el salón de clases sea un trabajo de campo conjunto, admisible de prueba y error, considerado como un antecedente a las contingencia que al final, estremecerán al futuro reflector de noticias económicas, que a su vez decide ser o no un reflector de la formación universitaria.
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