Por: Magdalena Luna
Desde hace 59 años don Salvador Rosas originario de Ameca, Jalisco se dedica a la siembra de hortalizas, maíz, garbanza y caña: esta última es la principal actividad agrícola que se realiza dentro de la región Valles de Jalisco.
La siembra, cuidado y cosecha de estos productos los aprendió de su padre, quien también se mantenía de la venta de estos frutos, él prefería ser su propio patrón y no depender de nadie más. Don Salvador siguió los mismos pasos de su padre y junto con su familia creó su propio negocio.
A principios de año la familia Rosas se centra en la siembra de hortalizas como rábanos, calabacitas y pepinos, mismos que duran alrededor de mes y medio en cosecharse, esto permite que en poco tiempo puedan comenzar a vender sus productos en el tianguis de la ciudad y por las calles de la colonia donde viven. Al respecto,
Juan Rosas, hijo menor de don Salvador, quien desde pequeño ayuda a su familia en la venta de los productos que ellos mismos cosechan, nos cuenta la historia:
“Yo recuerdo que tan solo tenía doce años de edad cuando ya ayudaba a mi papá con la venta de las hortalizas que nosotros mismos producimos. Esto nos ha ayudado para poder mantenernos. Aproximadamente en un día que salgo a vender por las calles de donde vivo, gano alrededor de 300 pesos si está regular la venta y 500 si es un día bueno”.
En tanto don Salvador comenta que al principio sólo poseía dos hectáreas de tierra, las cuales principalmente utilizaba para la siembra de maíz en el temporal de lluvias. Después de varios años de obtener buenas ganancias de estos cultivos, decidió comprar otro terreno de seis hectáreas para dedicarse a la siembra de hortalizas, que por ser rápida su cosecha le permite mantener a su familia mientras llegan la siembra de maíz y la cosecha de la caña de azúcar, que tardan un año en llegar a su término.
Este año la utilidad que le generó el cultivo de la caña de azúcar fue de 92,000.00 pesos; una parte de este dinero la utilizó para preparar la tierra y comprar los insumos necesarios para la siembra de maíz.
Ahora, la familia Rosas solo espera la cosecha de maíz. Ellos no acostumbran vender el grano debido a que les es más redituable moler la mazorca, hoja y milpa, y producir pastura para ganado, lo que les permite alimentar las reces que tienen y vender pastura durante todo el año.
En una población como Ameca es común encontrar este tipo de pequeños negocios que permiten a las familias subsistir y poseer una economía estable.
miércoles, 24 de noviembre de 2010
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